Llegué al salón de conferencias de Hectours PR y, como buena Hectoureana y Viajera Boricua, tomé asiento y comencé a disfrutar de la orientación que brindaba Kathy, junto a su adorado Manchego e historiador, José Antonio, describiendo una ruta de ensueño por Asturias y Cantabria, Norte de España. De más está decir que dicha orientación fue muy completa, dinámica, acompañada de unas imágenes que invitaban de manera muy sutil y convincente a unirse a este maravilloso recorrido, por si las palabras no hubiesen sido suficientes.
Aun así, este viaje no estaba en mis planes. Al finalizar la orientación, cumplí mi cometido de entregar el libro y conocer a Kathy. Para ese entonces, ya mis mariposas viajeras en el estómago se habían alborotado. Solo bastó con que mi amiga Jeana me dijera que hacía tiempo no viajaba y no tenía con quién. A lo cual le respondí: “Solo hazme la pregunta y yo te doy el sí”. Fue así como me embarqué en el viaje que no estaba en mis planes.
Llegó el tan esperado día para abordar rumbo a esta nueva aventura, que conste, del viaje que no estaba en mis planes. Viaje que, con tanto esmero y dedicación, Hectours PR, en colaboración con Una Boricua en Madrid, había creado para nosotros. Tan pronto llegamos a Madrid, ahí comenzó la buena vida, pues antes de partir al Norte de España, tuvimos unos días en la capital con un clima excelente para disfrutar de todo lo que esta ciudad tiene para ofrecer, como lo son museos, plazas, restaurantes, espectáculos musicales y demás.
Una vez partimos en ruta hacia Asturias y Cantabria, los paisajes no dejaron de sorprendernos, al igual que su gente, sus pueblitos bonitos y una gastronomía auténtica de cada zona, que resultaba toda una exquisitez. Durante este recorrido visitamos lugares como Los Picos de Europa, el pueblo costero de Cudillero, recorrimos la ruta de la sidra y escanciamos la misma, en Cangas de Onís, hasta disfrutamos de un pastoreo de ovejas. Llegamos hasta la ciudad donde se le dio vida a Mafalda, Oviedo, en Cantabria, también lugar donde se origina el Camino de Santiago.
Este recorrido fue mucho más que un viaje, fue una inmersión en la naturaleza prístina de la zona, la cual nos invitó a desconectarnos de nuestro ser y conectar con ella. Fue un tiempo para poder recargar energías, reflexionar y desarrollar nuevas relaciones de amistad con los integrantes del grupo, con gente linda de nuestra propia isla.
Cada detalle y empeño invertido en este recorrido por ambos coordinadores, se pudo apreciar en la logística de los traslados, lo céntrico y cómodo de los alojamientos, más la grata compañía de Kathy y Antonio, quienes amenizaron nuestros días con todas sus atenciones, una cálida hospitalidad que no te hacía sentir que estabas fuera de casa, sin pasar por alto la selección de los mejores mesones, restaurantes y posadas donde degustamos los mejores platos típicos de cada zona y, sobre todo, mucho, mucho, pero mucho vino.
En fin, este viaje se mereció un 30 de 10, superando toda expectativa y que conste que no estaba en mis planes. Sin duda alguna, es siempre bueno tener un destino en mente, pero tampoco debemos resistirnos a esas casualidades que nos invitan a descubrir lugares que jamás estuvieron presentes en nuestra lista de deseos. Fluir también es parte del viaje. Los exhorto a que si tienen la oportunidad, no lo duden y se lancen a este recorrido, que puede que tampoco esté en sus planes.
– Glenda Lee Félix Ayala